Está basada en los productos propios de la tierra, todos ellos de gran calidad debido fundamentalmente a su clima y nula contaminación.
Estos productos los distribuiremos en cuatro grupos:
Los derivados del cerdo y el cordero: Los chorizos, morcillas, jamones, torreznos, solomillos, chuletones, churrasco, cochinilla, cabritos, cecinas, chuletillas de cordero y un largo etc.. sin olvidar nuestras famosas Matanzas. Una de ellas declarada fiesta de interés nacional.
En caza y pesca: Perdices, codornices, conejos, liebres, torcaces, esto en cuanto a la caza menor. La mayor cada vez aparece con mas asiduidad en los restaurantes sorianos con los guisos de ciervo, venado, corzo, jabalí. Y como no mencionar sus truchas pescadas en los ríos de aguas puras, así como los cangrejos.
Micología: Los níscalos, boletus, setas de cardo, champiñones y nustras excelentes trufas (por citar las más conocidas).
Micología: Los níscalos, boletus, setas de cardo, champiñones y nustras excelentes trufas (por citar las más conocidas).
Repostería: Rosquillas, mantecadas, roscos, sobados y sobadillos, anisados, empiñonados, pastas de limón y almendra, tartas costradas , turrones y mazapanes y magdalenas.
Y como no mencionar nuestra mantequilla en todas sus variedades, famosa desde antaño fuera de nuestros límites provinciales.
Después de leer esta pequeña muestra. Solo nos queda sentarnos y degustar estos productos, desde la humilde Sopa Castellana o las Migas Pastoriles (que están riquísimas), hasta el plato más sofisticado de la nueva cocina. Eso si, siempre regados con nuestros excelentes vinos pertenecientes a la D.O. Ribera del Duero.